martes, 24 de noviembre de 2009

Práctica Budista para la curación de enfermos.


Un monje budista enseñaba una práctica de imaginación consciente a unos enfermos de lepra. La práctica consistía en que los leprosos debían imaginar el dolor ajeno o la enfermedad de alguna persona y sentir ese dolor en ellos mismos. Se imaginaban como llegaba ese dolor, en forma de una nebulosa de color negro, a su corazón espiritual. Luego, venciendo sus propios egoismos, transformaban ese dolor, ese sufrimiento y esa enfermedad, en energía positiva, salud y amor. Entonces imaginaban una explosión de enegía de luz brillante inundando todo su corazón y todo su cuerpo, y que esa misma luz se dirigía energizando y curando a las personas que estaban imaginando. Con esta práctica no solo se curaban las otras personas sino que también algunos leprosos se llegaron a curar imaginando y amando a distancia. Este monje budista decidió divulgar esa práctica de imaginación consciente, que hasta ese momento era solo para unos pocos y darla a conocer a todo el mundo.

Según Gueshe Kelsang Giatso, es posible que algunas personas malentiendan el objetivo de la práctica y piensen: "Yo ya tengo suficiente con mi propio sufrimiento y no puedo tomar el de nadie más". El propósito de ésta práctica no es acumular una carga intolerable de sufrimiento, sino aumentar nuestra compasión y estabilizar nuestra experiencia de cambiarnos por los demás. Puesto que la compasión es la causa de la iluminación podemos tener la certeza que con ésta práctica creamos la causa para alcanzar esa meta algún día.
Si realizamos la práctica con sinceridad no nos deprimiremos con nuestros propios problemas ya que cuando nos preocupamos sólo de nuestro bienestar nos excitamos o deprimimos con facilidad.