miércoles, 22 de junio de 2011

Fitoterapia - Amigdalitis



Hace milenios que las plantas nos alimentan y nos ayudan a restablecer la salud y prevenir la enfermedad. En ellas se han identificado mas de 12.000 principios activos, y la mitad de los fármacos actuales derivan de ellas.
Las plantas actúan como mini laboratorios químicos. A partir de dos sustancias inorgánicas como el agua, que absorben del suelo, y el dióxido de carbono, que captan del aire, son capaces de pro­ducir glucosa a través del proceso químico de la fotosíntesis. Esta reacción química es posible gracias a un pig­mento verde que únicamente se encuentra en las plantas, la clorofila, capaz de captar la energía del sol y transformar la materia inerte en materia viva. Por este proceso químico, de el agua, el dióxido de carbono y la luz solar se obtiene glu­cosa y almidón, base de la vida química en el planeta. La glucosa y el almidón producido por las hojas se combina con las sales minerales absorbidas por las raíces, lo que per­mite a las plantas sintetizar diversos principios activos co­mo lípidos, taninos, glucósidos y vitaminas. Es el laboratorio de la naturaleza.

AMIGDALITIS

La amigdalitis es una enfermedad infecciosa y, por tanto, adquirida por contagio, bien a través del aire, al toser o estornudar, o por contacto directo. La enfermedad no se produce por no abrigarse, por beber líquidos fríos o por exponerse a corrientes de aire. En la mayoría de los casos los causantes son los virus y en menor medida las bacterias, siendo la más frecuente el estreptococo. Los síntomas comienzan entre 12 horas y 5 días después del contagio.
La amigdalitis vírica suele tener un comienzo gradual, con fiebre moderada (menor de 39° C), dolor de garganta, pequeños ganglios en el cuello y se acompaña de mucosidad nasal, tos y enrojecimiento ocular. Al examinar la garganta, se ve un enrojecimiento difuso y pueden aparecer secreciones purulentas en placas.
La amigdalitis bacteriana o estreptocócica tiene un comienzo mas brusco, con fiebre más elevada, aumento de los ganglios del cuello y mayor afectación del estado general, con dolor de cabeza, náuseas, vómitos y dolor abdominal. La garganta está muy enrojecida, a veces con puntitos rojos hemorrágicos o petequias y es frecuente que las amígdalas estén cubiertas de placas blanquecinas.

FITOTERAPIA

El jengibre (zingiber officinale) es un excelente remedio. Se prepara una infusión con un poco de raíz rallada y se toma endulzada con miel.

El limón (citrus limon) por sus propiedades antisépticas, es ideal para luchar contra las placas de pus que se forman en la garganta. Se hacen gárgaras con el zumo de tres limones, agua y una cucharadita de bicarbonato sódico. También se puede beber el jugo de limón endulzado con miel, o agregarlo a cualquier infusión.

El regaliz (glycyrrhiza glabra), además de propiedades bactericidas, tiene propiedades antiinflamatorias. Se toma una decocción de una cucharadita de raiz por vaso de agua tres veces al dia.

El tomillo (thymus vulgaris) posee demostradas propiedades antisépticas de las vias respiratorias altas. Se toma en infusión endulzada con miel tres veces al dia.

El eucalipto (eucalyptus globulus) posee enormes propiedades en la lucha contra enfermedades del aparato respiratorio. Se aplica en forma de vahos, poniendo un buen puñado de hojas a hervir en agua e inspirando el vapor resultante, cubriéndose la cabeza con una toalla. También en infusión hirviendo las hojas en agua durante 15 minutos y bebiendo tres veces diarias.

El aloe vera (aloe barbadensis) se utiliza de forma eficaz para hacer gárgaras, mezclando su jugo con agua templada y miel. También se puede beber a sorbos para que permanezca en contacto con la garganta.