Los ingredientes de los productos de higiene comerciales pueden resultar perjudiciales. Un 60% de las sustancias que entran en contacto con la piel acaba penetrando en el cuerpo. Estudios recientes han mostrado que se absorben más toxinas a través de la piel y de la inhalación que a través de los alimentos.
Irritaciones cutáneas, asma, reacciones alérgicas, dolores de cabeza y alteraciones hormonales son algunas de las posibles consecuencias de entrar en contacto con sustancias muy usadas como subproductos cosméticos de la industria del petróleo.
Además de los efectos perjudiciales sobre la salud, muchos ingredientes son también un riesgo para el entorno, para el equilibrio de los ecosistemas.
La higiene es esencial para reducir la incidencia de las enfermedades infecciosas, sin embargo, una higiene excesiva puede provocar problemas, entre ellos la aparición de alergias e incluso, paradójicamente, infecciones.
Los hogares demasiado limpios e incluso los alimentos desinfectados a conciencia, privan del contacto con elementos que favorecen el correcto desarrollo del sistema inmunitario.
Los niños son los principales perjudicados por la higiene exagerada porque su sistema inmunitario se halla en plena evolución. Si en los primeros años no han tenido la oportunidad de defenderse de las bacterias y parásitos con los que el ser humano ha estado en contacto a lo largo de miles de años, es posible que desarrolle una sensibilidad exagerada a ciertas proteínas adheridas al polen o a los pelos de gatos y perros.
La reacción se produce porque estas proteínas son las mismas que utilizan los parásitos y los gérmenes para abrirse camino hacia el cuerpo. Si el sistema inmunitario no se enfrenta a los enemigos habituales en el momento adecuado, más adelante busca un falso enemigo. Esto no quiere decir que se baje la guardia respecto a medidas higiénicas esenciales.
El simple hecho de lavarse la cara o el pelo, maquillarse, aplicarse un desodorante o teñirse el pelo se puede convertir en un atentado contra la salud si no se eligen los productos adecuados. Y es que buena parte de la industria cosmética utiliza como ingredientes de sus geles, jabones, perfumes, champús, maquillajes, desodorantes, productos para bebés, dentífricos, espumas de afeitar, etc., sustancias tóxicas capaces de provocar un sinfín de trastornos más o menos graves, cáncer incluido. Una realidad consentida por las autoridades.
La ley dice claramente que no pueden contener sustancias clasificadas como carcinógenas, mutágenas o tóxicas pero un simple vistazo a las etiquetas -incluso de marcas internacionalmente conocidas y de prestigio- demuestra que las leyes no se respetan. Y son cada vez más los expertos que entienden que muchos cosméticos son auténticos venenos, por legales que sean. La excusa de que no son peligrosos se basa en que los tóxicos que contienen están en pequeñas cantidades, pero son productos que se utilizan a diario y, por tanto, la cantidad de sustancias perjudiciales que termina entrando en el organismo es elevada. Y luego no se entiende por qué el número de casos de cáncer aumenta en todo el mundo año tras año...
Según la Agencia para la Protección de la Salud del Reino Unido cada mes aparecen más de 600 sustancias químicas nuevas que se añaden a la lista de las 80.000 ya existentes. Y, sin embargo, sólo se ha constatado los efectos que provocan en humanos en menos del 10% de los casos. Es decir, hay controladas menos de 8.000 sustancias y de ellas están permitidas para su uso en cosmética algo más de 6.000, muchas de las cuales causan alergias, problemas de pigmentación, irritación de la piel, trastornos hormonales e, incluso, cáncer y daños genéticos a futuros bebés.
Una táctica comercial consiste en incluir extractos de plantas para darle una apariencia natural al producto. La realidad es que de las plantas se encuentran apenas unos miligramos y suelen estar las últimas en una larga lista de ingredientes petroquímicos. Existen empresas que realmente usan ingredientes naturales e incluso de cultivo ecológico, como NaturalCarol, Weleda, Andalucia Soap Company, Dr. Hauschka, Logona, Lavera, Sante, Handmade Naturals o Naetura. Para diferenciar sus productos llevan el sello BDIH o el Cosmebio. Estos avales garantizan que los ingredientes utilizados son naturales y si es posible de cultivo ecológico.
Lista de los ingredientes más peligrosos que se deben evitar:
El Aluminio es otro elemento sobre el que también hay sospechas fundadas acerca de su toxicidad. Este metal puede favorecer enfermedades degenerativas del sistema nervioso, como el Alzheimer. Destaca el hecho de que en las autopsias realizadas a pacientes que padecían esa enfermedad se encontraran en sus cerebros grandes concentraciones de aluminio. Además se sabe que el aluminio puede unirse al ADN y modificar su estructura así como alterar la actividad de los genes. Su absorción se produce tanto por vía oral como a través de la piel, de ahí que los cosméticos que lo contienen sean una fuente de contaminación. El aluminio -en sus distintas formas- puede encontrarse en cremas hidratantes, pintalabios, desodorantes, etc. En forma de aluminium chlorhydrate o sulphate está presente en la mayoría de los antitranspirantes del mercado. Su acción astringente consigue reducir o inhibir el flujo de sudor, pero también puede causar cáncer de mama al provocar la mutación de las células. Ello se debe al parecer a que al evitar la eliminación de toxinas a través de las axilas fuerza al cuerpo a depositarlas en las glándulas linfáticas que se encuentran bajo los brazos. Tal es la razón de que la mayoría de los tumores cancerígenos de mama se encuentren precisamente donde se encuentran esas glándulas. Efectos similares los provocan los parabenos, sustancias bacteriostáticas y fungicidas utilizadas en multitud de productos. Estas sustancias pueden imitar el comportamiento de los estrógenos y favorecer el crecimiento de tumores asociados a los niveles de éstos como es el caso del cáncer de mama. Lamentablemente los parabenos -en cualquiera de sus formas como methylparaben, ethylparaben, buthylparaben y propylparaben- se encuentran en más del 90% de los productos que permanecen en la piel y en más del 70% de los que se enjuagan.
Una investigación realizada en la Universidad de Reading, Inglaterra, encontró parabenes en muestras de tumores de mama. El caso de los desodorantes se considera especialmente preocupante porque se aplican muy cerca de las glándulas mamarias. Los parabenes no se han prohibido porque todavía no se ha demostrado que sean los causantes del cáncer. Es posible que se acumulen en las células cancerígenas después de que hayan iniciado su crecimiento.
Es un químico extremadamente peligroso. Se trata de una base detergente y espesante que figura en la etiqueta de más de 600 productos cosméticos y para el hogar. Sobre esta sustancia el doctor Samuel Epstin -profesor de Salud Ambiental de la Universidad de Illinois, USA - afirma que, aplicada en repetidas ocasiones sobre la piel de ratas, hace aumentar exponencialmente la incidencia de cánceres de hígado y de riñón. Tras absorberse por la piel se acumula en los órganos, entre ellos el cerebro. Además, como residuo contamina las aguas y es una amenaza para la vida animal. Otras sustancias similares son cocamide DEA, lauramide DEA o MEA y trietanolamide (TEA). Otro ingrediente de este tipo, el carragenato, ha producido cáncer en estudios realizados con animales.
El formaldehido es un potente antimicótico. Se utiliza tanto en la fabricación de materiales de construcción, en los que impide el moho, como de muebles, en los que se utiliza para evitar hongos en la madera prensada, etc. Es altamente cancerígeno por inhalación, se acumula en las células dañando las membranas, causa malformaciones en fetos, irrita y envejece la piel. Su uso está prohibido en cosmética, pero al ser un conservante muy barato y efectivo la industria se las ha ingeniado para crear sustancias que directamente no se pueden considerar formaldehídos pero que lo liberan. Se los puede reconocer por llevar las sílabas Urea, como Diazolidinyl Urea, Imidazolidinyl Urea, Polyoxymethylene Urea (no confundir con Urea a secas, que es un derivado del ácido úrico, bueno para la piel). Otra forma de identificar estas sustancias es fijarse en que llevan las letras DM delante del nombre del conservante químico como DM y DMDM Hydantoin, o DMHF. El formaldehído se esconde también con los nombres 2-Bromo2-Nitropropane-1.3-Diol, Bronidox, 5Bromo-5-Nitro-1, 3Dioxane, Dimethyl Oxazolidine, Armilacetato o Alkifenol.
Los ftalatos son sustancias disolventes y suavizantes que se pueden encontrar con facilidad en cremas, esmaltes de uñas, perfumes, lacas de pelo y desodorantes. Y eso que el Parlamento Europeo prohibió su uso en la fabricación de juguetes que puedan meterse en la boca y en artículos de puericultura ya que se comporta como una hormona dentro del organismo, provocando daños en los sistemas reproductor y endocrino así como un aumento del riesgo de padecer asma y cáncer. Son el dibutylphthalate (DBP), dietylhexylphthalate (DEHP), butylbenzylphthalate (BBP), diisononyl Phthalate (DINP), diisodecylphthalate (DIDP), dietylphthalate, dimetylphthalate, y el dinoctylphthalate.
En estudios animales se han demostrado tóxicos para el hígado, riñones, testículos y el sistema nervioso. Investigaciones recientes han hallado que las mujeres en edad reproductiva son las que más acumulan este tóxico en el cuerpo.
Muchos estudios relacionan los solventes con el aumento de la incidencia de cáncer. Algunos de ellos, como los que contienen el término isopropyl, se usan también como solventes de pinturas y forman parte de la composición de los líquidos anticongelantes de los coches. Es una sustancia derivada del petróleo que, sin embargo, la industria cosmética convencional incluye en tintes de pelo, cremas de mano, exfoliantes, espumas de afeitar, colonias y otros muchos cosméticos.
Es un metal pesado de elevada toxicidad a pesar de lo cual a la industria cosmética se la permite utilizarlo como conservante en productos de maquillaje y desmaquillaje de los ojos siempre que su concentración máxima sea del 0,007%. En la etiqueta se puede encontrar bajo la nomenclatura tiosalicilato de etilmercurio.
Cabe mencionar el butilhidroxitolueno o BHT (también puede aparecer como E-321). Se trata de un antioxidante sintético, que a pesar de no ser un agente mutágeno, es capaz de modificar la acción de ciertas sustancias que pueden provocar cáncer. Se ha constatado en ratas que a altas dosis afecta a la reproducción y al número y desarrollo de las crías.
La cosmética natural sustituye las sustancias sintéticas por ingredientes naturales como:
Avena
Ingrediente natural clásico destaca por su efecto nutritivo y suavizarte sobre la piel. En forma de copos y harina se puede utilizar como limpiador facial, mascarilla o gel.
Aceite esencial de limón
Es desinfectante y restaura la acidez natural de la piel. Un baño con 10 gotas de aceite esencial en el agua tiene efectos inmediatos.
Sal
Se añade al agua de baño para mantener el equilibrio osmótico, es decir, para que la piel no pierda agua y se reseque.
Yogur
Sus efectos positivos en aplicaciones exteriores se pueden comparar con los internos. Es un magnífico limpiador de la piel grasa y ayuda a descamar las células muertas, a la vez que estimula la regeneración. Sirve como ingrediente de mascarillas y cremas hidratantes.
Arcilla
Las mascarillas favorecen la absorción de grasa y la eliminación de toxinas. Una vez seca se retira con agua.
Aceite de cáñamo
Obtenido por presión en frío de los cogollos de Cannabis sativa, con alto contenido en vitamina E. Hidrata, reafirma y regenera la piel.
Germen de trigo
En forma de aceite es muy utilizado como hidratante y regenerador. Rico en vitamina E antioxidante, favorece el bronceado.
Aloe vera
Se obtiene de las hojas del Aloe barbadensis. Es antiinflamatorio y analgésico. Sus efectos sobre la piel son muy notables tras la exposición solar. También es un eficaz regenerador, cicatrizante y antiséptico.
Aceite de almendras
Es suavizante e hidratante, y previene la aparición de estrías . Puro o con unas gotas de aceites esenciales sirve para realizar masajes. También se usa directamente sobre los cabellos secos para nutrir y aportales brillo y suavidad.
Manteca de karité
Proviene de las nueces de karité, un árbol de la sabana africana. Protege la piel de las agresiones ambientales. Es ideal como crema solar y se puede aplicar sobre los labios y bajo los ojos. Para pieles secas.
Rosa mosqueta
Aceite obtenido por maceración de esta flor andina. Es un gran regenerador de la piel. Puede aplicarse directamente sobre la piel de la cara, sobre marcas de acné y cicatrices en proceso de curación.
Caléndula
El aceite se extrae por maceración de la flor. Es regenerador, ideal para pieles sensibles de los niños. Indicada para hidratar, evitar irritaciones y rozaduras. Tiene propiedades desinfectantes, antiinflamatorias y cicatrizantes. Al ser eficaz contra las quemaduras solares leves forma parte de la composición de muchas cremas solares.