miércoles, 26 de noviembre de 2008

El Mala

Tailandia, Ayuttaya, Wat Yai Chai Mongkol
El Mala es un rosario de 108 cuentas, número sagrado relacionado astrológicamente con las 12 casas astrológicas, multiplicadas por los 9 planetas de nuestro sistema solar. También puede tener 109 cuentas, 108 para contar mantra y la Cuenta del Gurú suplementaria, la borla donde termina el Mala, que se añade como devoción sagrada al Maestro. Los Malas de muñeca puede tener 9, 22 o 27 cuentas. El objetivo del Mala es contar oraciones o Mantras durante la recitación. Por ejemplo, se puede recitar el Mantra de Om Mani Padme Hum o Mantra de la Compasión pasando una cuenta por cada recitación. Los Malas se usan comenzando por la primera cuenta después de la cuenta del Gurú. Cada vez que se recita un mantra completo, se pasa a la próxima cuenta. Una vez completada una vuelta del Mala, se llega a la cuenta de Gurú, y entonces se invierte la dirección. La creencia de no sujetar la cuenta del Gurú se debe a un sentimiento de devoción y de respeto por el mismo.
El Mala no es un objeto de joyería, y no debe ser considerado como tal. Hay que usarlo con respeto, no dejarlo en el suelo, ni ninguno de los objetos sagrados, incluyendo libros y otros instrumentos rituales de práctica espiritual. Si se cae al suelo, tocarse la coronilla de la cabeza recitando Om Ah Hung u otro mantra auspicioso tres veces. No dejar a la gente tocarlo como un objeto de curiosidad vulgar. Tocar a alguien con un acto de bendición o curación puede ser apropiado. Es muy beneficioso tener el Mala bendecido por un Lama o Gurú. Rezar para el bienestar, la felicidad, la salud y la liberación del Samsara, el proceso cíclico de sufrimiento que es resultado del apego, de todos los seres. Rezando así, también se reza para el propio bienestar. La relación con el Mala debe estar basada en una buena motivación durante la recitación de mantras, esencialmente con buenas intenciones.
Los Malas tienen ciertas propiedades por sus colores y materiales. Por ejemplo, el cristal o cuarzo, es el mismo elemento básico de los átomos del silicio, y tiene enormes propiedades como conductor, y puede ayudar en la amplificación y proyección de la energía positiva. También puede atraer la energía negativa si es usado incorrectamente.

No hay que apresurarse al recitar Mantras. Concentrándose en el sonido de la propia voz, notar como vibran todos los órganos y las partes sutiles del cuerpo. El sonido del Mantra calma y protege la mente y al mismo tiempo, despiertan el aspecto creativo del ser. La utilización del Mala no solo purifica el habla, sino también la mente, las emociones y el cuerpo y beneficia a un mayor número de seres además de uno mismo. Usarlo tan a menudo como sea posible, con el nivel de compromiso de la práctica espiritual que se tenga, con la intención de atraer la mayor felicidad, alegría, bondad y serenidad en el mundo. Hacerlo será una fuente de bendiciones en la vida.
El cordón del Mala se romperá al usarlo con el tiempo. Este proceso natural es una expresión positiva de la ley de causa-efecto, creando un buen karma y siendo un recordatorio constante de la enseñanza principal de Buda sobre la impermanencia, todas las cosas están sujetas a la disolución, la descomposición y el cambio. Todo es impermanente y depende de causas y condiciones.
El Mala no tiene ningún poder en sí mismo. La creencia de que el Mala es una fuente de poder es un error, reflejo de la tendencia occidental de colocar la fuente del poder espiritual y la virtud fuera de nosotros. Es nuestra propia conexión al Buda lo que produce el poder del Mala. Al reforzar esa conexión en el rezo o la meditación, el poder del Mala se activa.

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